Tierno momento, es el blog donde plasmo todo lo que siento, las fantasías, lo irreal, lo romántico, el AMOR, los nostálgico, la aventura, el suspenso, el reclamo, el enojo. Cuando escribo me inspiro en las experiencias de mi vida, en el amor que he conocido, las tristezas que he vivido, en las personas que he amado, en las que amo ahora, realizo una mezcla entre el pasado el presente y el futuro.

jueves, 19 de junio de 2025

El Bosque de los Secretos



El Bosque de los Secretos

Una gélida tarde de invierno, un niño, vencido por el aburrimiento, decidió visitar a un amigo del colegio. Sin embargo, el camino habitual estaba bloqueado por manifestaciones, por lo que optó por tomar un atajo a través del bosque. La luz atenuada del atardecer y los espesos arbustos hacían su avance cada vez más lento y, sin percatarse, ya se había perdido.

Pronto, la noche cayó sobre él. Solo la pálida luz de la luna lo acompañaba en su caminar. Preocupado, y con el miedo erizándole la piel, gritó con todas sus fuerzas: —¡Hola! ¿Alguien puede oírme? ¡Estoy perdido!

Solo el eco de su propia voz le respondió, rebotando entre los matorrales antes de ser devorado por el silencio. Segundos después, escuchó un sonido nuevo: el crujido de pisadas sobre las hojas secas. El sonido se hacía más fuerte, más cercano. De entre las sombras surgió la figura de un hombre que sostenía una linterna en una mano y una escopeta en la otra.

—¿Qué haces aquí en medio del bosque? —preguntó el hombre, su voz grave como un trueno lejano. —Estoy perdido —respondió el niño, temblando. —Ya es tarde. Te llevaré a mi casa para que pases la noche.

El alivio inundó al niño. A pesar de la inquietante escopeta, confió en la promesa de un refugio y accedió a seguirlo.

A la mañana siguiente, agradecido por la hospitalidad, el niño se dispuso a marcharse, pero el hombre se lo impidió. —Debes alimentarte bien antes de partir —argumentó con una sonrisa que no llegaba a sus ojos.

A pesar de la desconfianza que comenzaba a sentir, el niño aceptó. Mientras el hombre se dirigía a la cocina, la mirada del pequeño se clavó en la puerta de salida. Sin embargo, un olor nauseabundo que emanaba de la cocina capturó su atención. La curiosidad fue más fuerte que el miedo y se acercó sigilosamente.

Lo que vio sobre la mesa de la cocina lo dejó paralizado. Horrorizado, llevó ambas manos a su boca para ahogar un grito. Retrocedió con lentitud, sin apartar la vista de aquella imagen atroz, buscando a ciegas la puerta. En su pánico, tropezó y derribó un jarrón que se hizo añicos contra el suelo con un estrépito que rompió el silencio.

El hombre se volteó bruscamente y corrió hacia él. El pequeño, en un estallido de adrenalina, se lanzó hacia la puerta, giró el cerrojo y la abrió de golpe. La intensa luz del sol lo cegó por un instante, ralentizando su huida. Justo cuando iba a ser alcanzado, sintió una mano fuerte sujetando su brazo, pero la misma luz que lo cegó a él, deslumbró también al hombre, haciéndolo tropezar y soltarlo.

El niño corrió sin mirar atrás, sin rumbo, impulsado solo por el terror. La espantosa visión de la cocina permanecía grabada a fuego en su mente. De pronto, chocó contra algo sólido y cayó al suelo. Al levantar la mirada, vio a un policía. Sin darse cuenta, había llegado a la carretera.

—¡Señor policía, ayúdeme! —gritó entre lágrimas—. Acabo de escapar de la casa de un hombre en el bosque. ¡He visto algo horrible en su cocina!

—¿Qué? —respondió el oficial, sorprendido. De inmediato, sacó su radio—. A todas las unidades, solicito apoyo en la carretera 15, kilómetro 22. Posible secuestro. —Miró al niño fijamente—. ¿Recuerdas cómo era ese señor? —Alto, de cabellos blancos y largos... no recuerdo más.

El oficial volvió a la radio, su voz ahora tensa: —¡Atención a todas las unidades, código rojo! Posible sospechoso en búsqueda. La descripción coincide parcialmente con la de "Goper", involucrado en la desaparición de cinco niños.

Se arrodilló frente al pequeño. —Escúchame, quédate en la patrulla. Los refuerzos vienen en camino e iremos a investigar esa casa. Dale el nombre de tus padres al oficial que está llegando para que vengan por ti. Tranquilo, ya estás a salvo.

El niño asintió con la cabeza. Por fin se sentía seguro, en libertad. Pero sabía que las imágenes de aquella casa, en el corazón del bosque de los secretos, difícilmente podrían borrarse de su memoria.

 

 

Mike Durand 

 

Mike Durand


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