Tierno momento, es el blog donde plasmo mi imaginación, las fantasías, lo irreal, lo romántico, el AMOR, los nostálgico, la aventura, el suspenso, el reclamo, el enojo. Cuando escribo me inspiro en las experiencias cotidianas, en la reacción de la gente, en una sonrisa, en la naturaleza, o simplemente en dos palabras que puedas decirme.

viernes, 29 de octubre de 2010

Tenías Razón


Si, es verdad, te envidio, porque ambos sabemos que jamás podré tener, aquello que te hace feliz, aquello con que cada mañana despiertas y está siempre a tu lado.

Si, tenías razón, me equivoque, al pensar que jamás conseguirías mantener algo en tu vida y sin embargo, cada día cosechas los frutos de una unión.

Si, lo admito, perdí esa luz en tu corazón que entregabas incondicional, es que la venda oscura del querer ser mejor que tu, nunca me dejó verlo, ni sentirlo.

Si, lo sé, dejamos de amarnos, pero quisiera regresar el tiempo atrás y volver a sentir todos los sentimientos que al conocerte nacieron en mi.

Si, tenías razón, nunca llegué a entenderte, no pude conocerte lo suficiente y jamás pude llegar amarte como tanto lo necesitabas.




sábado, 10 de abril de 2010

Vuelve conmigo (Cancion)

Hoy desperté y lo primero que quería hacer
era abrazarte mi amor

Te busque y lo único que encontré
fue tu aroma mi amor

Salí alcanzarte pero te alejaste
tan deprisa que no pude besarte

Y me di cuenta que te había perdido,
me dejaste solo con mi corazón herido

Te necesito para mantenerme vivo,
no me destruyas por favor vuelve conmigo

Vuelve conmigo, oh oh oh
Vuelve conmigo, oh… amor…


Audio de la Cancion

Mike Durand

Soledad (Cancion)

Otra vez la soledad cubre mi cuerpo,
golpeándome en el corazón,
atacándome con su silencio.

El frio dolor congela mi alma en vuelo,
sus tristes palabras ahondan
las heridas de mi sufrimiento.

¿Que quieres soledad?
¿Que me encierre en este dolor?,
¿No basta con el oscuro camino y
desesperación, que dejas en medio de mí caminar?

Ya un tiempo escape de ti,
gracias a las dulces caricias
y al abrigo refugio de un ser.

Que me devolvió la alegría oculta,
hoy ya, la perdí y en medio del dolor,
tú oportunista te apoderas de mí.

¿Que quieres soledad?
¿Que me encierre en este dolor?,
¿No basta con el oscuro camino y
desesperación que dejas en medio de mí caminar?




Audio de la cancion

Mike Durand

Si no estas aquí (Cancion)





esta cancion se hizo con la Ayuda de mi HIjo Bruno Jair


Tomas mi mano y empiezo a andar.

A tu lado es tan seguro y tu amor es verdad.

 

Tu calor es eterno y tu manera de amar

me eleva hasta el cielo, que ya no quiero bajar.

 

Me falta todo si no estás aquí,

solo tus labios me hacen vivir,

te amo.

 

Todo este tiempo, estando a tu lado,

he comprendido que la vida es lo mejor

que me ha dado.

 

Tu bella sonrisa que cambió todo en mí.

Me abriga y me cuida, sin ti no puedo vivir.

 

Me falta el aire si no estás aquí,

solo tus manos me hacen seguir.

Te amo.




Mike y Bruno.

NO VOY A VOLVER (Cancion)

He vuelto a preguntar cómo es que el amor,
abandona el corazón sin ninguna razón
Perdido y sin tu luz crece más el dolor,
que impide ver a la vida algo más que una traición.

No voy a volver, a creer en ti
No voy a sentir, de nuevo tu Piel.

Tu caricia engaña, me seduce el alma
y tus ojos son el brillo que jamás debí seguir.

Pensé que los recuerdos, de los bellos momentos,
calmarían mi pesar pero solo lastiman más.

No voy a volver, a creer en ti
No voy a sentir, de nuevo tu Piel.

EL VIENTO (Cancion)

Recogí las hojas, que dejaste en el camino
y he formado con ellas la vida, que juntos tuvimos.

Cada pedazo, contiene una historia distinta,
que en el amor se construía, hoy, se ha perdido junto a ti.

Y el viento ha arrasado mi vida a un triste vacio,
mi historia de amor ha volado en pedazos al olvido
y contigo la ilusión.

Mi mundo es oscuro, me hacen falta ya tus besos,
aferrado en tus recuerdos, es mi única forma de vivir.

Y el viento ha arrasado mi vida a un triste vacio,
mi historia de amor ha volado en pedazos al olvido
y contigo la ilusión.


Audio de la Cancion

Mike Durand 22/11/2009

AJENA (Cancion)

Te entiendo y me duele aceptar tu decisión.

Pero quiero que sepas que mi corazón te seguirá llamando.


Eres motivo para mi cambio y dejar las cosas que me hacen daño.

En mi corazón estas presente y espero que algún día te encuentre.


Pero se que eres AJENA y no puedo meterme en tu vida.

Pero también lo que siento, no es mentira, es verdad, lo que siento por ti.


Recuerda que estoy a tu lado cuando mas lo necesites.

Ayer fueron tus labios y hoy talvez puede ser una simple esperanza.


Mi corazón descansa esperando que tú lo despiertes.



Audio de la Cancion

Mike Durand

jueves, 25 de marzo de 2010

A la espera

13/01/2001

Sé, de alguna manera que encontraré las dulces caricias y los besos apasionados, solo necesito paciencia, paciencia en mi alma, luchar contra la ansiedad y no dejarme vencer, voy buscando en cada una de ellas, idealizándolas como tienen que ser, cada detalle, cada gesto, pero cometo el gran error de enamorarme, sé que no las merezco, pero mi vulnerabilidad me acerca a eso, soy así, defecto o virtud me duele reconocerlo ¿Qué espero en esta vida? No lo sé, si mi búsqueda es tan larga e infinita, mi soledad crece a cada momento perdido, quisiera resignarme y dejar de soñar, deshacerme de este dolor y ser frio de corazón, pero me es imposible, Dios no quiere que sea así, el me está esperando para algo, pero exactamente no sé para qué, pues tendré que descubrirlo en algún momento, esperar es la palabra de cada día, hay veces que me parece haberla encontrado, que realmente la espera se acabó y por fin se hizo realidad, pero solo en sueños la veo y cuando despierto quedando inconsciente, por unos segundos soy feliz, pero la cruda realidad es la misma cuando el sol empaña mis ojos, quiero terminar dejando en claro; sé que voy a esperar, no sé cuánto, ojala y cuando llegue ese momento mi alma no esté presente en mi entierro.

Mike Durand

Mi Lady Sonia Estrada


La Foto es de la fuente de Percy Barrientos Sorry amigo no fue mi intencion Percy Barrientos

Cuando ingrese al colegio Juana Alarco de Dammert 1049; tenía 13 años; cursaba el 3er año de secundaria; no conocía a nadie del salón, era obvio puesto que era el chico nuevo; resulta que al cabo de 15 días después de conocer a los demás compañeros del aula, al enorme y obeso Sub-Director Robles, a la auxiliar Maribel de carácter enérgica, a los profesores; algunos antipáticos, otros razonables y muy poco de ellos carismáticos; de conocer cada infraestructura monárquica de los cimientos que sostenía tal antiguo colegio, el Patio enriquecedor de tantas sonrisas juntas a la hora del recreo y el aglomeró de alumnos intentando conseguir una merienda en el kiosco de Doña Selina; se le veía a la pobre mujer ajetreada por el bullido de tantas manos pequeñas estiradas solicitando que se le atienda; Yo, permanecía sentado en las bancas del patio; atento, silencioso, observador, moviendo mi cabeza de lado a lado siguiendo la trayectoria del balón; “Fulbito” lo llamábamos así y esa era la Palabra que se utilizaba minutos antes de la hora del recreo, era como un código que a cada implicado conocía que es lo que tenía que hacer al escucharla, bueno, yo no estaba implicado en ese grupo, solo observaba.
Sonó el timbre, era hora de regresar a los salones, dicho esto, los auxiliares empezaban a llamar a cada alumno que demoraba en ingresar al aula, era de esperarse como en todo colegio antes de ingresar al salón se tenía por costumbre ir al baño a remojarse el rostro, limpiarse el sudor ocasionado por los diversos juegos del recreo, acomodarse el cabello, mucho de los alumnos llevaban espejitos mirándose el rostro en el, prestándose y hasta quitándose el peine del primero que lo utilizaba, todo este labor llevaba como 2 a 3 minutos de retraso después de escucharse el timbre de regreso al aula; era una maratón desordenada cuando aquellos alumnos salían del baño embestidos por los reclamos y gritos constantes de los auxiliares; Los veía llegar al salón exhaustos, era como si de nada les haya servido asearse para que después tener que sudar por la corrida del baño al salón, entraban empujándose, golpeando la puerta y algunos se tropezaban cayendo al piso, empezaban las risas dentro del salón por tal espectáculo cómico que presentaban mis demás compañeros, también reía no lo podía evitar… mi carcajada seguía al compás de los demás alumnos, pero deje de hacerlo cuando entre las dos puertas del angosto ingreso al aula entraba una chica con los cuadernos entre sus manos, era totalmente hermosa, su rostro del color de luna parecía dibujado con pinceles de ángeles, con la paciencia de un artista que quiere expresar lo más bello de la naturaleza plasmado en aquel rostro tan angelical, sus labios carnosos eran del color de las rosas, rojo oscuro, si no supiera que en el colegio se le había prohibido a las chicas pintarse los labios, creería que los de ella estaban pintadas, sin duda eran naturales, sus ojos grandes de color pardos destellaban brillos armónicos cada vez que parpadeaba sus pobladas pestañas, mantenía una sonrisa cautivadora digna de las realezas, toda una princesa, no, aún más que eso, era una Reina ingresando a su aposento y nosotros sus plebeyos embelesados por tan soberbia hermosura, sus cabellos delgados de color brillo castaño, flameaban al movimiento de sus pasos, llevando consigo el aroma del perfume natural que emergía de todo su cuerpo tan esbelto, su figura era perfecta, delgada como modelo de pasarela, todos la mirábamos admirándola, se acerco a una carpeta donde tomó asiento cruzando y luciendo sus perfectas firmes piernas; seguidamente ingreso la auxiliar Maribel dirigiéndose a todos nosotros – Ella es Sonia Estrada - señalo con sus manos extendidas el lugar donde estaba - antes a estado en otra sección, se le ha incorporado a esta aula debido a que hay un cupo disponible, así que por favor espero respeto hacia su compañera por parte de todos Uds. eso es todo.
Maribel se retiraba sin dejar de observar a cada uno de nosotros en especial al grupo de alumnos que ingresaron abruptamente al aula – los estoy observando, pórtense bien ah – Dijo, saliendo del salón.
He aquí el momento donde me levanto de mi carpeta dirigiéndome hacia la de ella, dispuesto a hablarle, emprendo mi camino con mis pasos elegantes, el pecho levantado, mi quijada erguida con mi sonrisa coqueta, me paro frente a ella dirijo mi mirada hacia sus ojos y con un tono de vos cautivador cogiendo de su mano le digo: Oh mi Hermosa reina tenga Ud. Mi más cordial saludo, permítame darle la bienvenida a este su distinguido Castillo, hogar donde puede reposar sus más delicados sueños, cuente conmigo como su fiel servidor, su plebeyo constante y si le apetece su acompañante en sus paseos al encuentro de las estrellas en las noches, a sus pies me inclino.
Puede Ud. Levantarse mi dulce plebeyo – acariciando mi cabellera con la suavidad de su mano expreso tan dulces palabras que sonaban como un coro angelical, estremeciéndome desde la punta de mis pies hasta el último sentido de todo mi ser, su voz cálida y acogedora solo podía expresar tan magistral belleza acompañado de una sublime sonrisa – Ahora Ud. Señor Mike Durand responda la pregunta – la voz de mi Reina sufrió un cambio radical que inmovilizo mi cuerpo dejándome aturdido - no entiendo a que se refiere mi Lady – Pregunte intrigado.
Señor Durand responda la pregunta – otra vez la voz turbia – levante la mirada; noté que ya no sostenía su mano y detrás de ella venia en aumento la sombra de una silueta enorme, ancha, de brazos gordos, en una de sus manos sostenía una regla de madera que golpeaba su otra mano ocasionando un ruido perturbador – Acaso es su Señora Madre – pregunte a mi Reina – mi Lady sonrió moviendo la cabeza para los lados – no, no lo es mi tierno Plebeyo – esta si era su voz encantadora – la silueta se hizo más visible, la tenía al frente mío podía distinguir de quien se trataba, los brazos gruesos, los hombros anchos, la cara redonda con los pómulos inflados, su cabello crespo corto elevados en forma de cactus, la ceja levantada con los ojos hundidos, por la expresión de su rostro podría decir que se le veía muy molesta, acercó su enorme boca a mi rostro y con voz desesperante dijo: Sr. Durand responda la Pregunta – me encontraba sentado en mi carpeta, a mi lado la Profesora Galdys Ruiz con la regla de madera en la mano golpeando la base donde estaba mi cuaderno – Sr. Durand le recuerdo que estamos en la clase de Historia, si en estos momentos su mente esta divagando por otros senderos, le pido por favor que se concentre en la clase y responda la pregunta. Todos mis compañeros me observaban esperando mi reacción a la pregunta de mi profesora, el problema ahora es que no escuche la pregunta e intentando salir del bochornoso momento en que me encontraba, solo atine a decir con tono algo cómico: Profe me podría volver a decir la Pregunta – Por favor Durand se la estoy preguntando más de 5 veces – todos empezaron a reír, el aula se convirtió en un ataque de risas que golpeaban mi rostro con el sonido tormentoso de cada uno de ellos – Galdys Ruiz alejo la regla de mi carpeta arrastrándola, golpeando cada pupitre al paso que daba hasta llegar a su escritorio – Bueno, en vista que su compañero no sabe la respuesta, algunos de Uds. Puede por favor responderla; voy a repetirla ¿Quién fue el primer Precursor en la historia del Perú? Por 5 segundos el aula quedo en silencio, 5 segundos que aun seguía contemplando la belleza de mi Reina, su espalda erguida, las curvas perfectas de su cuerpo y el castaño brillo de su cabello, incline mi rosto llevando una de mis manos para sostener mi quijada, suspire, manteniendo mi sonrisa, cautivado, embelesido, 5 segundos, nadie en el aula respondía la pregunta, a los 7 segundos el brazo levantado de uno de los seres más hermosos creado por Dios llamo la atención de todos los presentes – hasta para agitar las manos mi Lady tiene clase – exclame en voz baja sin dejar de mirarla – se levanto acomodándose la falda del uniforme y con el tono de voz que predomina en las realezas respondió:
“José Gabriel Condorcanqui, conocido también como Tupac Amaru II, Cansado de los abusos vejámenes a los que se sometía a su pueblo, se sublevó en el pueblo de Tinta, el 4 de noviembre de 1780. Su primer acto de rebeldía fue apresar al corregidor Antonio de Arriaga, a quien se le conocía por ser una persona cruel y sin escrúpulos. Tupac Amaru II manda procesar y ejecutar a este personaje, consiguiendo con ello captar toda la atención de las autoridades de Lima”

Muy bien Srta. Sonia Estrada, muy buena respuestas, tiene Ud. 18 de nota por participación en el aula.
-Muchas gracias Miss Gladys – respondió con tono delicado y sublime acomodando nuevamente su falda y tomo asiento.

Mi Reina tiene Clase, es hermosa y sin lugar a duda es muy inteligente, seré su Plebeyo incondicional y eterno servidor a sus necesidades.



Mike Durand

lunes, 8 de febrero de 2010

EL TIEMPO AVANZA


Canción dedicada a mi HIJO


El Tiempo Avanza

Tú, mi amigo ejemplar,
tú, mi sangre y mi sol,
sueño con verte libre
de tanta adversidad en el mundo.
Corres tan deprisa en la vida,
que me es difícil estar a tu altura;
solo quiero cuidarte y abrazarte,
que confíes: mi tiempo está de tu parte.

El tiempo avanza y con él tus ganas
de saber qué es lo que pasa.
En tu camino está la distancia
entre el bien y la nostalgia.
Aquí estoy, cuidando de tus pasos,
por siempre, seré tu protector.

Eres por quien lucho en la vida,
mi fuerza, el motor de mi alma.
Te veo aún mi pequeño ser,
aquel que aprendió a ponerse en pie.
Recuerdo el llanto en cada amanecer,
me despertabas sin querer.
Ahora todo es tan distinto,
vas creciendo y mi amor está contigo.

El tiempo avanza y con él tus ganas
de saber qué es lo que pasa.
En tu camino está la distancia
entre el bien y la nostalgia.
Aquí estoy, cuidando de tus pasos,
por siempre, seré tu protector.

Contigo aprendo de la vida,
e intento mejorar cada día.



Bruno Jair MI HIJO

sábado, 6 de febrero de 2010

La Última vez

La última vez que la vi.

La última vez que escuché su voz,

La última vez que toqué su rostro besando sus labios.

Jamás podré olvidar aquella sonrisa, aquel susurro sublime que significaba paz y tranquilidad para mi alma.

La última vez que toqué sus manos.

La última vez que pude abrazarla y sentir su calor, a pesar del frio de mi corazón.

Ella le dio vida, me dio un motivo para seguir adelante, la esperanza de volver a amar, la luz para entender que todo es posible cuando alguien te acompaña y cree en tus sueños.


La última vez que vi sus ojos, y aquellas lágrimas que el viento llevaba consigo.

La última vez que tocó mi pecho deseándome ser feliz.

La última vez que me perdonó por las veces que la hice sufrir.

Cómo podría apartarla de mi vida si era parte de la suya.

Cómo podría vivir sin tenerla cerca

Cómo podría dejar de amarla, la última vez, me pidió que dejara de hacerlo.

La última vez… mi pesar fue enorme.

Fue el momento más difícil de mi vida.

Cómo podría perdonarme, si a causa mía, ahora ella está lejos.

Cómo retroceder el tiempo y arreglarlo todo.

Nunca debí pedirle tiempo para pensarlo.

Mi vida estaría completa si no fuera, por la última vez…

esa en la que maté el amor que ella me tenía.

 


miércoles, 3 de febrero de 2010

LAGRIMA DE UN ADIOS

Esto lo escribi recordando las Promesas que muchos de nosotros hacemos cuando tenemos que viajar a otro pais.



Aquella lagrima de un adiós, aquel abrazo fuerte y nuestras miradas en silencio, no te alejes, no te vallas, son mis últimas palabras, mientras que el reloj marca los segundos, el tiempo pasa como si nada, ya no estás aquí, acabas de partir.

Camino sin rumbo evocando tu amor, aun veo tu rostro a cada paso que doy, en las noches te sueño, te siento, me imagino a tu lado sosteniendo tu mano, esta soledad es enorme, te encuentras tan lejos, ya no estas aquí, que hago sin ti.

Le escribo al viento con lagrimas de dolor, mi corazón te esta esperando, para que sanes sus heridas, es tan difícil ponerme en pie, ya no estas a mi lado, tu amor era mi único alimento, esta distancia me mata, ya no estas aquí, muero por ti.

El tiempo pasa como si nada, ya no respondes mis cartas, el viento devuelve mis lágrimas, mi corazón se desangra, mis heridas se agrandan, de ti ya no se nada, ¿donde esta el amor que guardabas?, ya no estas aquí, que a sido de ti.

Has vuelto mi amor, ya no esperaba nada, regresan mis esperanzas, pero ¿donde esta el amor que guardabas?, ¿quien es aquel que ahora sostiene tu mano?, regresaste solo a desgarrar las heridas de mi corazón, ahora estas aquí, pero tan lejos de mi.



Mike Durand.

lunes, 1 de febrero de 2010

La Piedra Triangular




“La Piedra Triangular”

Bruneto era un joven campesino que vivía en la provincia de Pumachaca, en el departamento de Áncash. Su quehacer diario era pastorear ovejas. Todas las mañanas desayunaba avena con papas sancochadas, preparaba su fiambre para el almuerzo y, en compañía de su fiel perro y amigo, Nilton, emprendía el viaje de todos los días para mantener a sus ovejas bien alimentadas.

Durante el camino, en medio del cerro, Bruneto encontró una piedra triangular con la figura de un ojo tallada en ella. La levantó. Le causó mucha impresión, ya que era poco común ver una piedra de ese tipo. Al tenerla en sus manos, el ojo empezó a brillar con una luz intermitente de color verde.

Nilton comenzó a ladrar. Olfateó el peligro y, sintiéndose incómodo, se movía por todos lados trazando un círculo alrededor de su amo. Movía la cabeza de arriba abajo y no dejaba de ladrar. Bruneto, asombrado con aquella piedra, le pidió a Nilton que dejara de hacer ruido; necesitaba concentrarse mientras seguía admirando la piedra y aquella luz extraña que iba en aumento.

Nilton dejó de ladrar, pero no porque Bruneto se lo hubiera pedido, sino porque sintió una presencia entre ellos. El silencio lo abrumó y una ráfaga de viento los empujó hacia las piedras del camino. Justo cuando estaban a punto de caer al precipicio, fueron elevados al pico más alto de las montañas. Con mucho cuidado, el viento los depositó en la cima. Asustado, Bruneto abrazó fuertemente a Nilton y soltó la piedra de sus manos. Los ladridos de Nilton anunciaban la presencia de alguien más, mientras Bruneto miraba por todos lados, preguntándose si había alguien más con ellos.

—¡EXTRAÑO! —se escuchó una voz gruesa.

Un aliento nauseabundo pasó por la nuca de Bruneto. La voz venía de detrás de ellos.

—Hola, extraño. Parece que encontraste algo que me pertenece. No te preocupes, no te voy a lastimar —siguió hablando en tono sarcástico—. ¡Ah, claro! Siempre y cuando no hayas recibido los poderes de la piedra. Si es así, como parece que es, lamentablemente voy a tener que quitártelos desde adentro…

Nilton empezó a ladrar nuevamente. Bruneto miró a los costados y, en segundos, fue sujetado por dos brazos extraños; solo podía notar que tenían escamas como los peces y eran fríos y gruesos. Mientras Nilton no dejaba de ladrar, fue levantado en el aire, formándose a su alrededor una extraña aura de color verde. La voz gruesa le pidió a Bruneto que volteara a verlo. Él, asustado, se quedó quieto, pero los brazos que lo sujetaban hicieron girar su cuerpo.

Bruneto solo pudo distinguir una mano con dedos puntiagudos que se acercaba rápidamente, envuelta en una luz resplandeciente de color verde que finalmente cegó su vista. A lo lejos, apenas escuchaba los ladridos de su fiel amigo. Con el destello, el lugar quedó en silencio.

Después de unos minutos, una neblina tapó el pico de la montaña. Bruneto, con dificultad, pudo abrir los ojos, pero veía borroso. No podía levantarse. Se sobó los párpados para distinguir bien las figuras que veía. Frente a él, tirado en el piso, yacía un extraño ser de color gris con los ojos totalmente abiertos y los cabellos largos y blancos. Vestía una túnica amarilla, parecida a la de un religioso. Tenía uno de sus brazos estirado, con la mano abierta y los dedos puntiagudos. Detrás de Bruneto estaba el otro ser, el de los brazos gruesos y con escamas.

No entendía qué pasaba ni qué o quién había evitado que le quitaran los poderes que la piedra le había dado, aunque él no sentía nada especial ni ningún cambio en su cuerpo. De entre la neblina apareció Nilton con un salto magistral, aterrizando firmemente en el piso. La fuerza de sus patas deslizó la arena, provocando una capa de polvo sobre Bruneto. Con un ladrido, se echó a sus brazos.

—No sé qué ha pasado aquí, Nilton, pero sea lo que sea, estoy muy agradecido de estar vivo. Alejémonos y vayamos a buscar a nuestras ovejas —dijo Bruneto.

Al dar unos pasos, Nilton vio la piedra triangular tirada en el suelo. Esperó a que Bruneto se alejara un poco más y, de sus ojos, lanzó un extraño rayo de color verde que pulverizó la piedra. Al mismo tiempo, los cuerpos de los seres extraños también se pulverizaron. Nilton había adquirido los poderes de la Piedra Triangular. Dio un ladrido enérgico y alcanzó a su fiel amigo.

FIN

 

Hoy es un día EXTRAÑO


"Hoy es un día extraño"

Hoy he decidido decirle lo que siento por ella. Esperé, como todos los días, a la misma hora y en el mismo sitio por donde siempre pasaba. Días atrás, ese lugar era mi refugio; el solo mirarla pasar entusiasmaba mi corazón y me llenaba de una felicidad inmensa. Solo faltaba decírselo.

Estaba nervioso y las manos me sudaban. Repetía una y otra vez las palabras que salían de mi corazón. Ya tenía todo preparado, incluso la flor de color amarillo que a ella le encantaba. Mientras esperaba, veía pasar a los demás compañeros de mi escuela: algunos apurados, otros con los rostros exhaustos, seguro por los exámenes tan complicados que habíamos tenido. Pero ella aún no aparecía. Qué extraño. Tuve una sensación rara, un presentimiento. Hoy es un día extraño.

Aun así, era un día especial. Estaba ansioso y decidido a entregarle todo el amor que llevaba conmigo, pero ella no llegaba. No esperé más y fui a buscarla. Tal vez se quedó en el salón terminando alguna tarea —siempre tan responsable con sus materias— o quizá leyendo alguna revista en la esquina del colegio. En ese puesto donde yo también me acercaba a comprar figuritas, solo con la intención de estar a su lado cada vez que ella estaba allí.

Pero de nuevo sentí esa inquietud, como un presagio maligno, un miedo interno que no me dejaba tranquilo. Hoy es un día muy extraño.

Avancé un par de cuadras y, más adelante, una muchedumbre se aglomeraba, observando con curiosidad. La extraña sensación creció dentro de mí y los latidos de mi corazón se aceleraron más de lo normal. Me acerqué y no pude creer lo que veía.

Era ella. Mi amada, echada en el piso, ensangrentada e inmóvil.

Escuché a la gente comentar: “No vio el auto que la embistió a gran velocidad. Todo por comprar esas figuritas... decían que eran un regalo para un amigo especial”.

Quedé anonadado. Mi corazón dejó de latir con fuerza para quedarse helado. La miré y me arrodillé a su lado, llorando. La tomé entre mis brazos, la abracé contra mi pecho y vi que en sus manos aún sostenía aquellas figuritas que ocasionaron mi desgracia.

Ella sabía de mí. Sabía lo que yo sentía.

Esperé demasiado tiempo para decirle cuánto la amaba. Si tan solo me hubiera decidido un día antes, pude haberle salvado la vida.


EL LIBRO

"El Libro"

La mañana siguiente, cogí el libro que me recomendó, "El gran Gatsby" de F. Scott Fitzgerald. Lo leí atentamente para entender el mensaje que transmitía. Jamás creí que sería el instrumento para decidir mi vida.

Esa noche fui a buscarla. La vi cerca de su ventana arreglándose el cabello, tan bella, tan sublime, tan tierna. El embeleso me capturó y no podía mirar a ningún otro lado.

Decidido a decirle lo que siento, subí por las escaleras que llevaban a su apartamento. Las piernas me temblaban, ensayaba una y otra vez lo que le iba a decir. Llegué a su puerta, estaba entreabierta. Ingresé despacio; el ruido de la madera se distorsionaba con los gemidos, casi susurros, que escuchaba. Un paso que daba, un ruido; un paso más, un gemido. Crucé la sala y llegué a su habitación…

Jamás debí leer aquel libro. Su mensaje no era lo que esperaba. Ella, mi ser sublime, mi musa, todo lo que quería en esta vida, estaba dispuesto a entregarle todo mi amor. Nunca llegué a imaginar que esa noche ella se lo entregaría todo a otro.