Edward es un niño de 6 años, muy alegre y juguetón, cuando llegaba la hora de ir a la cama no le gustaba ir a dormir, él quería seguir jugando con sus juguetes, saltar en el mueble y correr por toda la casa.
mamá y papá corrían detrás de Edward tratando de tenerlo y así llevarlo a la cama a dormir, era una carrera que no se acababa. Edward era muy veloz.
¡Soy Flash! Gritaba Edward
¡Detente hijo, porfavor! Gritaban sus Padres.
Papá se puso delante de él y mamá detrás, Edward estaba acorralado, estaban tan cerca de atraparlo, pero Eduard dio un salto por encima del mueble y papá y mamá chocaron caras y cayeron al piso.
Yo soy flash, no me atraparán gritaba de Edward, mientras daba vueltas por toda la casa, en un instante se detuvo, pero era para mirar a su mascota, un gatito llamado coquito igual de juguetón y alegre que él.
Vamos Coquito, hagamos una carrera, inmediatamente la mascota corrió junto con Edward, saltando por los muebles, corriendo por todos lados.
Ahora eran dos pequeños que los padres debían atrapar para llevarlos a dormir.
Eran momentos extremos, así que papá y mamá usaron medidas extremas, amarraron entre los muebles unas mallas parecidas a las telas de araña, una especie de trampa casera, la idea era que por ahí pasara Edward y coquito y quedarían atrapados y así poder llevarlos a dormir.
Los padres escondidos detrás de una maceta con plantas, esperaban sigilosos la presencia de los dos pequeños.
Se estaban acercando, muy veloces ellos, saltando, saltando, brincando, brincando ya estaban cerca a la trampa y plosh, choque y pum, quedaron enredados en la malla.
Los papás dieron un grito ¡Victoria! ¡yeah! los atrapamos, ahora sí los llevamos a la cama, después de darse una ducha primero.
Cuando se acercaban a levantarlos, papá miró a mamá y le dijo, debimos cortarle las uñas a coquito, ¡noooooooooo! gritaron ambos, ya se habían escapado los dos pequeños, coquito cortó la malla con sus afiladas uñas y pudieron salir de la trampa.
Mamá se sentía derrotada, papá muy cansado, mientras que los dos pequeños jugando y correteando.
Y allí, en ese momento, donde las ideas se acaban, en donde ya queremos rendirnos, surge una luz de esperanza.
"PIZZA", mamá y papá se miraron fijamente, ya sabían qué hacer.
Se acercaron a la cocina y en voz alta dijeron, AÚN TENEMOS PIZZA EN LA COCINA, PROBAREMOS UN POCO, ALGUIEN MÁS QUIERE PIZZA?
Inmediatamente los pequeños se detuvieron y Edward gritó YOOOO, vamos coquito a la cocina dijo mirando a su mascota
Mamá, Papá me dan pizza por favor.
Siéntate Edward y tú coquito también siéntate, antes de darte la pizza necesitamos que nos escuches, con voz muy amorosa dijo mamá.
Sabemos que eres un niño muy divertido y alegre y que te encanta jugar y correr, pero llega un momento en el día, en que tú necesitas descansar y ese momento es en la noche, cuando hay que ir a la cama a dormir.
Todos necesitamos dormir, continúa hablando papá, de lo contrario para el día siguiente no tendrás fuerzas para seguir jugando.
Nosotros te amamos hijo y también a coquito y nos encanta que seas muy alegre, pero tienes que hacernos caso cuando te pedimos que vayas a dormir. Dijo mamá.
Recuerda que si no duermes, al día siguiente no tendrás fuerzas para seguir jugando y coquito quedará muy triste si no juegas con él.
Entonces, vamos a comer todos la pizza y después te bañamos y nos vamos a dormir ¿de acuerdo? finalizó mamá.
Está bien mamá, respondió muy feliz Edward, seguidamente se escuchó el maullido de coquito aceptando lo que dijo mamá.
Los amo mucho papá y mamá continuó Edward.
Y los cuatro se abrazaron formando así la unión familiar. Entendiendo que con el diálogo, la paciencia y también la diversión se puede lograr grandes cosas dentro de la familia.
Fin.