Tierno momento, es el blog donde plasmo mi imaginación, las fantasías, lo irreal, lo romántico, el AMOR, los nostálgico, la aventura, el suspenso, el reclamo, el enojo. Cuando escribo me inspiro en las experiencias cotidianas, en la reacción de la gente, en una sonrisa, en la naturaleza, o simplemente en dos palabras que puedas decirme.

miércoles, 27 de agosto de 2025

36

“36”

​El pánico se apoderó de mí, un frío helado subiendo desde los pies. El ascensor se detuvo en el piso 36. Otra vez ese número. Mi pulso se aceleró. Lo vi en la playa, pintado en un bote. Lo vi en la oficina, en la pantalla de mi jefe. Incluso en los memes de Facebook. Pero cuando lo vi en la puerta de la casa de mi hermana Sandra, justo antes de irme, un escalofrío me recorrió la espalda. Ahora, aquí intermitente en el panel del ascensor.

​Saqué el celular con manos temblorosas y la llamé.

​—¿Aló, Sandra…? Estoy atrapa… ¿Qué dices? ¿Cómo qué número equivocado? Sandra, no juegues… soy yo. ¡Aló! ¡Aló!

​Me colgó. ¿Qué demonios está pasando?

​El sudor empezó a empapar mi camisa, mis piernas temblaban como si fueran de gelatina. Con todas mis fuerzas, empujé la puerta del ascensor. Logré abrirla, y lo que vi me paralizó: la oficina estaba vacía, inmersa en un silencio tan espeso. Un frío de un peso opresivo, llenaba el aire. Todo se sentía distinto, casi irreconocible.

​Bajé por la escalera de emergencia. En cada piso, un logo desconocido brillaba en la oscuridad: un pez estilizado y las palabras "Industrias Pesqueras". Pero... ¿qué? Este es un edificio de Marketing Digital.

​Llegué a la planta baja y empujé las pesadas puertas de metal. El exterior, por alguna razón, me aterrorizaba. Al cruzar el umbral, una luz cegadora me golpeó. A lo lejos, un enorme cartel digital iluminaba la calle con una cuenta regresiva. Los números parpadeaban y se detenían en la cifra final: 36 segundos.

​"BIENVENIDOS AL MILENIO", leí en letras rojas. "Solo faltan 36 segundos para el año 2000.”


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