Hola, Papá
Después de tanto tiempo, por fin nos volvemos a ver. Extrañaba estar entre tus brazos y sentir tu mano sujetando la mía al cruzar la calle, siempre esperando el cambio de luz del semáforo, como me enseñaste.
Sé que no puedes quedarte mucho cuando vienes a verme. Tu casa está muy lejos y solo tenemos unas pocas horas juntos. Pero no te preocupes, Papá, porque cada minuto contigo lo disfruto al máximo. Jugamos, corremos, nos reímos… Son las horas más felices de mi día, y por nada del mundo las cambiaría. Sé que tú también las disfrutas; lo noto en tu voz, en tu risa… Es nuestro momento, solo de padre e hijo.
Pero el tiempo se agota, ¿verdad? Tienes que irte, y a los dos nos entristece saberlo.
¿Te conté que estoy construyendo una máquina del tiempo? Me faltan algunas piezas para terminarla, pero cuando esté lista podremos usarla para estar juntos más tiempo. También vi en YouTube cómo hacer un portal temporal. Si la máquina no funciona, haré el portal. Sí, creo que ya te había contado eso.
Ahora mismo estoy en casa de mamá, escribiéndote. Ella dice que debería llamarte, y lo intenté, pero estás muy ocupado en el trabajo para contestar. Por eso decidí escribirte, así podrás leerlo con calma.
Este fin de semana te espero, Papá. Me invitaron al cumpleaños de Sebastián, pero les dije que no podía ir porque vienes a verme. Solo… por favor, no faltes. La semana pasada me puse triste cuando no llegaste. Mamá se enojó mucho, y luego llamaste para explicarme por qué no pudiste venir.
Te amo, Papá. Te extraño todos los días. Escuchar tu voz por el celular me alegra, pero tenerte aquí cada fin de semana me hace el niño más feliz del mundo.
Ficción - Realidad.
Mike.
No hay comentarios:
Publicar un comentario