“Tu Voz, Mi Consuelo”
Lloré desconsolado recostado en su pecho, y pude ver cómo
mis lágrimas penetraron su corazón. Me quedé allí, sin decir nada, asombrado
cómo desaparecía la tristeza de mi ser.
Ella recogió mi rostro y de sus labios salieron las palabras
que necesitaba escuchar: "Tranquilo, todo va a estar bien".
No sabes cómo esa sencilla oración pudo cambiar mi día, no
sabes lo importante que es escucharte decirlo.
Nunca dejes de hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario